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El hada del año
dos mil veintitrés
borra con sonrisas
las penas de ayer.
Es la primavera
que quiere volver,
llena de ilusiones
que sí pueden ser.
Es hada que vuela,
que sueña, que ríe
que siente, que espera
que canta y te sigue.
Que tiene esperanza
en su corazón
y dulces recuerdos
de historias de amor.
Que viene rodeada
de un resplandor:
el hada de este año
es hija del Sol.
En una pagoda
de la antigua China
vivía muy contenta
el Hada Sombrilla.
Eran de bambú
su mesa y su silla.
y de porcelana
toda su vajilla.
El hada Sombrilla
tenía por mascotas
un dragón alado
y una mariposa.
Salía por las tardes
a tomar el sol
y la acompañaba
siempre su dragón.
Con su mariposa
iba a la laguna
a beber en copas
reflejos de luna.
De mil parasoles
tenía colección.
Cuando los abría
siempre salía el sol.
Cuando los cerraba
salían las estrellas
en las noches claras
de la primavera.
El hada Sombrilla
pregunta por ti.
Un día muy soleado
vendrá por aquí.
(C) María García Esperón
El hada del año
dos mil veintidós
está convencida
que es año de amor.
Se pone un vestido
de rayos de sol
y ciñe su frente
con un resplandor.
Y toca tu alma
y tu corazón
te entrega esperanza
y mucha ilusión.
El hada conoce
los días que vendrán
cargados de dicha
y felicidad,
de muy buenas obras
y muchos proyectos
caminos y viajes
y bellos encuentros.
El hada lo sabe
y tiene razón
pues quiere que este año
te inundes de amor
Y dice muy fuerte,
alzando la voz:
¡Feliz Año Nuevo
dos mil veintidós!
El hada del año
dos mil veintiuno
aguarda serena
los tiempos futuros.
Vislumbra una era
de paz y unidad
un mundo que busque
la felicidad.
Tiene fortaleza
y tranquilidad,
antes que en sí misma
piensa en los demás.
Dos mil veintiuno
será año de amor,
de nueva esperanza
bajo un nuevo sol.
De seres más fuertes,
conscientes y libres,
que llenen el mundo
de sueños felices.
Que en vez de dinero
ambicionen salud,
amor y alboradas
crepúsculo y luz
Este dos mil veinte
el Hada del Año
desciende del cielo
vestida de mayo.
Con alas de junio,
velo de septiembre,
un lazo de enero,
varita de siempre.
Lleva una corona
de flores de abril,
de octubre, noviembre,
de marzo y anís.
Dorada de agosto,
con luz de febrero,
calza zapatillas
de julio y luceros.
Trenza en sus cabellos
copos de diciembre
el Hada del Año
este dos mil veinte.
El hada del Año
dos mil diecinueve
aguarda en tu puerta
el año que viene.
Pues ya desde ahora
se muestran sus signos:
Amor, Esperanza,
Salud y Camino.
Despierta temprano,
abre tu ventana.
El hada te envuelve
en luz de mañana.
Los próximos meses
estará contigo
y podrá entregarte
su fe en tu destino.
Porque ella atesora
todos tus deseos,
tus aspiraciones
y tus sentimientos.
Harás muchos viajes,
tendrás alegrías.
Dos mil diecinueve
te premia la vida.
El hada del año
dos mil dieciocho
ha llamado al árbol
de los petirrojos.
Y llamó a la fuente
más clara del bosque,
al ciervo, a la luna,
la estrella y la noche
para todos juntos
aguardar el día
desde la esperanza
de una celosía.
Para todos juntos
aguardar el año
que viene mañana
a darnos la mano.
Para cuando venga
dos mil dieciocho
el hada recoja
los sueños de todos.
Y todos los cumpla
el año que viene.
Ten fe y esperanza,
que el hada te quiere.
(C) María García Esperón